Por Anónimos con Cautela[1]
Un indicador del estado de equilibrio en una sociedad humana es su tratamiento de la tierra. La capa superior del suelo es la base de la vida fértil en la Tierra. Sin tierra vegetal no existirían criaturas más grandes que líquenes, musgos y microorganismos.
Toma a un bosque de aproximadamente 1000 años, crear 1 ó 2 pulgadas de tierra vegetal. En condiciones extremadamente fértiles, pastizales y bosques pueden crear tierra vegetal al doble de velocidad.
En los últimos 10.000 años, el curso de la civilización agrícola como forma de vida ha sido un verdadero desastre para la tierra. En muchas regiones, los suelos han sido totalmente erosionados, compactados, empobrecidos, salinizados o destruidos de alguna otra manera. Este ha sido el destino del “Creciente Fértil”[2], del norte de África, Etiopía, las regiones mediterráneas de Europa, gran parte de Europa del este, y de gran parte del interior de China, Mongolia y la India.
Otras regiones han sufrido "simplemente" un descenso masivo en la salud y el grosor del suelo (esto incluye a la mayoría de las distintas regiones del mundo donde son cultivados los principales alimentos: el “Sahel”[3], las grandes llanuras americanas, La Pampa [Argentina], y una amplia franja de Europa central y oriental de China).
La tierra saludable es rica en materia orgánica, muy bien aireada sostiene y captura el agua (humus), y también es rica en formas de vida (a veces hay más de 1 billón de seres vivos en una cucharadita de tierra sana). El suelo es la piel viviente de la Tierra.
En estado natural, las tierras tienden hacia un ecosistema en apogeo (un sistema maduro que maximiza la biodiversidad, la producción del suelo y la complejidad). Cuando se presenta alguna alteración, tal como una inundación, un incendio o una civilización, la tierra termina desnuda y expuesta. El suelo expuesto es una emergencia planetaria. Es una herida abierta en la piel de la Tierra.
Al igual que nuestro cuerpo responde a una herida que sangra con la coagulación, la tierra también responde con un equipo de primeros auxilios: malas hierbas, pastos y otras plantas de crecimiento rápido anuales. Estas plantas cubren rápidamente el suelo y empiezan a sanar la herida, preparando la tierra para pastos perennes, arbustos, árboles, o quien sea que pertenezca allí.
Si se mide el equilibrio de una sociedad por su relación con la tierra, la actual civilización industrial está drásticamente fuera de equilibrio. Durante los últimos 40 años, cerca del 30% de la superficie agrícola total ha sido tan degradada que ya no puede utilizarse. Esa tierra tomará cientos o miles de años en recuperarse, si es que puede hacerlo.
Una cultura humana saludable es aquella que cultiva una relación con las comunidades en apogeo [la biosfera], alienta su crecimiento continuo y floreciente y no las destruye.
Notas:
[1] “Soil”, publicado en Deep Green Resistance, 17 de septiembre, 2012. Traducción a cargo de Anónimos con Cautela. Versión original en: http://deepgreenresistance.blogspot.mx/2012/09/soil.html N. del trad. ↩
[1] “Soil”, publicado en Deep Green Resistance, 17 de septiembre, 2012. Traducción a cargo de Anónimos con Cautela. Versión original en: http://deepgreenresistance.blogspot.mx/2012/09/soil.html N. del trad.
[2] Término denominado a la forma de arco (media luna) geográfico perteneciente al continente asiático, Oriente Medio, comprendido entre el mar Muerto, el golfo Pérsico, el desierto Arábigo y las alturas del Kurdistán. Su territorio se divide entre Siria, Turquía, Irán e Irak, y que corresponde con las cuencas de los ríos Tigris y Éufrates, que a su vez descienden en paralelo desde la península de Anatolia hasta su encuentro en las proximidades del golfo Pérsico. Su nombre fue asignado por la fertilidad y riqueza agrícola de las tierras, también es considerado el lugar de origen de la Revolución Neolítica. N. del trad. ↩
[3] Término que significa “frontera o costa” en Árabe. Es una zona biogeográfica y ecoclimática del continente africano, que se extiende a través del mismo, entre el Océano Atlántico y el Mar Rojo, limita al norte con el desierto del Sáhara y al sur con las sabanas y selvas del Golfo de Guinea y de África Central. En este lugar comenzaron a domesticarse plantas para su uso agrícola hacia el año 5.000 a. C. En la actualidad, la explosión demográfica, el aumento del ganado y las zonas de cultivo cada vez más extensas han provocado la erosión del suelo y una profunda desertificación de la región. N. de trad. ↩